Monumentos de Bogotá, sentenciados por el vandalismo
Con grafitis y golpes, los millones de pesos invertidos en la restauración se van a la basura.
Es difícil decir cuál de todos los héroes de la patria e íconos de la ciudad ha sido más ultrajado: a la Rebeca le han quitado la nariz y la visten como si su semidesnudez insultara la vista, a Bolívar le pegan chicles y le rayan los pies, a la Mariposa le marchitan las alas y a la Pola la convierten en la abanderada de todo tipo de causas.
Escandaliza que, con solo oprimir el atomizador de una lata de pintura, se pierden meses de investigación y restauración y cientos de millones de pesos. El trabajo es monumental (valga la redundancia): Bogotá tiene 7.000 inmuebles culturales declarados, 133 monumentos nacionales entre ellos.
Poco le duró la dicha de verse sin mugre, sin óxido y sin grafitis al Bolívar que adorna la plaza que lleva su mismo nombre. Según Alejandra Malagón, restauradora del Instituto de Patrimonio Cultural (IDPC), en el arreglo de la estatua y la limpieza de la plaza se invirtieron 190 millones de pesos este año.
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